Fracturas
Es la ruptura total o parcial de un hueso por diversas causas; lo más común es que se deba a un accidente, una caída fuerte o una lesión deportiva. La fractura provoca un dolor intenso y dependiendo de la gravedad puede necesitar cirugía para recomponer el hueso.
¿Cómo se diagnostica una fractura?
En algunos casos, la fractura puede ser muy evidente y nuestro especialista podrá conocer de su existencia mediante una simple exploración clínica. De todos modos, de cara a decidir el mejor tratamiento, siempre es recomendable realizar radiografías en dos planos para poder evaluar convenientemente el problema y descartar posibles complicaciones. Entre los síntomas de una fractura están la deformación de la zona, hinchazón, hematoma o sangrado en la zona afectada, entumecimiento y hormigueo, Movimiento limitado o incapacitado. Incluso fiebre en algún caso que aparece hematoma o sobreinfección.
Clasificación
Las clasificaciones permiten buscar el tratamiento ideal de cada una, comparando los métodos disponibles y estableciendo un pronóstico:
- Fracturas cerradas: son aquellas en las que la piel se mantiene íntegra
- Fracturas expuestas: son aquellas en las que el hueso se comunica con el exterior y presenta grados variables de contaminación
¿Qué hacer en caso de una fractura?
Es importante que la persona que ha sufrido una fractura realice la menor cantidad de movimiento posible, ya que puede causar más dolor o complicaciones. Se debe esperar a que lleguen profesionales médicos que sepan cómo actuar. En caso de que se trate de una fractura abierta, es necesario intervenir rápidamente para evitar que se infecte. El especialista realizará una radiografía para identificar la posición del hueso fracturado. Es importante conocer la causa de la fractura, pues ayuda al especialista a identificar los huesos dañados y cómo tratarlos.
Prevención
Mantener los huesos fuertes puede evitar una fractura. Para ello es imprescindible realizar ejercicio de manera habitual, especialmente aquellos que impliquen saltar o correr. La dieta también es importante; consumir calcio y vitamina D ayuda al desarrollo de los huesos y a su fortalecimiento. También es importante utilizar la equipación adecuada al realizar ejercicio: casco, coderas o rodilleras pueden evitar que un hueso se rompa al caer o frente a un impacto fuerte.
Los niños corren más riesgo de sufrir una fractura al no tener los huesos completamente desarrollados, por lo que también es importante que estos se mantengan en un entorno seguro para evitar caídas que puedan tener consecuencias graves. Sin embargo, los niños tardan mucho menos tiempo en recuperarse de una fractura que un adulto. De la misma forma, las personas mayores son más propensas a sufrir una fractura por la debilitación de sus huesos con el paso de los años. Otras acciones como fumar o consumir alcohol también pueden afectar a la densidad de los huesos y facilitar su fractura.
Tratamiento
El tratamiento ideal debe recuperar la funcionalidad del miembro afectado en el menor tiempo posible y con la menor cantidad de complicaciones. Por ello el manejo inicial es fundamental para disminuir las complicaciones como son: pseudoartrosis, infecciones y consolidación viciosa.
El tratamiento dependerá de muchos factores: no todos los huesos, patrones de fractura y daños de partes blandas son iguales nuestro especialista le indicará el proceso a seguir para que pueda recuperarse en el menor tiempo posible.